Hojas otoñales

Si hay algo que me gusta mucho de nuestro nuevo hogar es el balcón. Pero ahora, que es invierno y hace frío, no me dejan salir mucho. Igual yo me las rebusco bastante bien, y cada vez que mamá y papá van a colgar la ropa o a regar a Kurata (un arbolito chiquito, creo que es un bonsia o algo así), yo aprovecho y me mando mis recorridas, y algún que otro lío.

Les cuento que como me encantan las hojas de los árboles, que caen ahí en el balcón, esas marrones y que hacen ruiditos muy lindos cuando se las aprieta, cuando se descuidan aprovecho y me llevo todas las que puedo adentro. Eso si, lo hago muy disimuladamente y con cuidado, y las escondo bien rápido, abajo del futón para después repartirlas por toda la casa. Mamá, a escondidas, trata de sacarlas antes de que papá se de cuenta, pero siempre se le escapa alguna, y después cuando papá las encuentra siempre protesta un poco, pero se termina riendo y comentando lo terrible y personaje que soy.

La Casa de los Gatos (The Cats House)

Una vez soñe que existía una casa donde sus dueños humanos prestaban mucha atención a todas las necesidades y gustos de sus gatitos, por lo cual estaba  llena de escaleras, huecos, juguetes, recovecos, hamacas y con un montón de cosas diseñadas especialmente para nosotros.  Y un día, ¡oh, sorpresa! me encontré con que en la realidad existía al menos un  lugar de esas características, lo cual me puso muy feliz.

¿No me creen? Miren esto..








Lavando la ropa

Una de mis mejores travesuras que papá y mamá suelen contar en forma recurrente, se relaciona con el par de ocasiones que me dediqué a utilizar esa máquina enorme que se usa para lavar la ropa, y que en un derroche de originalidad, denominan "lavarropas".

Resulta que en el departamento anterior, el lavarropas estaba en la cocina y la rejilla de desagote, por donde tenía que salir el agua, se encontraba debajo del mismo, por lo cual, para lavar la ropa tenían que correrlo para luego poder insertar la manguera. El grave error que papá cometió, fue en prender el lavarropas delante mío, apretando todos esos botoncitos que hacían ruiditos muy lindos, y una vez que terminó el proceso (que me asustó un poco al principio por los ruidos y movimientos un poco fuertes) volvíó a colocar el lavarropas a su lugar con la manguera colgando fuera de la rejilla. Para peor, no desenchufó el aparato, así que la verdad, me la dejó servida en bandeja.

Ni bien se fue, procedí a lanzarme arriba del artefacto y a presionar esos botoncitos, no una, ni dos, sino las tres veces necesarias (esto lo remarca siempre papá cuando cuenta la historia) para iniciar el batifondo de la máquina infernal. Resultado: el departamento inundado, la cocina empapada, el agua llegando al living, mojando puff, revistero y papá muy consternado por la situación. A partir de ese momento siempre se acordó de desenchufar el aparato.

Bueno, en realidad casi siempre. Porque otra vez se le olvidó, y como no era lo mismo ir a apretar los botones sin esos pitidos tan bonitos que se producían, ni bien me di cuenta, cuando se fue papá no pude resistir la tentación y evitar volver a poner las patitas y otra vez inundar todo. No hubo tercera vez, porque papá se enojo bastante en esta segunda ocasión, y aunque en un par de oportunidades se olvido otra vez de desenchufar el cable, esas veces me contuve y  me porté muy bien. Sin embargo tengo que confesar, que la primera vez fue sin querer, sin imaginar lo que iba a pasar, pero la segunda, fue un poquito a propósito, porque me había resutlado muy divertido.

Algunos se preguntarán como se me ocurrió eso de inundar todo con agua siendo un gato. Otro día les cuento, pero les adelanto, que como tengo mi personalidad bastante especial, no le tengo miedo al agua, sino todo lo contrario, me gusta bastante. Pero ahora me voy a dormir una siesta, que tanto escribir me termina cansando los músculos de mis garras. Nos vemos.

La curiosidad mato al gato (pero por suerte yo zafe)


¡Menos mal que estaba papá para sacarme ese tacho de basura que se me había quedado trabado en la cabeza!, si no, todavía estaba ahí atrapado.

Y si, soy muy curioso y tengo que probar todo, ver que pasa, no puedo evitarlo, está en mis hormonas gatunas, es más fuerte que yo.

Mi adopción, mi versión

Hoy voy a contar un poco la historia de mi adopción, pero desde mi punto de vista, de acuerdo a lo que yo sentí y viví en ese momento. Papá ya redacto su propia visión que se publico en Historias Mininas: Kilimanjaro, y que esta muy linda y muy buena. Pero bueno, yo lo experimenté de otra manera y se los paso a relatar.

Estaba viviendo en el Hogar de Rescate y Protección Lourdes con otros gatitos en una jaulita, muy bien cuidado, alimentado y protegido. Me habían puesto las vacunas que necesitaba, y teníamos mantas para abrigarnos y muchos juguetes. Si bien era muy feliz con mis amigos, también tenía ganas de tener un hogar propio, unos papás que me cuidaran a mi solo y ese día intuía que algo iba a pasar. ¿Habrá sido ese sentido felino que tenemos desarrollado? La verdad que no sé, pero no me pregunten porque, pero ese día yo sabía que algo bueno me iba a suceder.

Y así fue nomás, que aparecieron Flor y Diego, buscando un gatito para adoptar, y cuando Flor trataba de decidirse (se la veía muy contenta, pero a la vez dubitativa, porque eramos muchos y si fuera por ella se  notaba que se los llevaba a todos, pero bueno, obviamente no podía), ahí aproveche y le mande unos cuantos maullidos para que me prestara atención.

Así fue entonces, que  cuando me alzó en sus brazos, supe de inmediato, que había encontrado un hogar, y me agarró una sensación ambivalente porque por un lado me dió un poco de tristeza despedirme de todos mis amigos del Hogar, pero por otro lado enseguida sentí que había encontrado unos papás que me iban a cuidar mucho y a mimar, por lo cual iba a tener mi propia familia, lo cual me puso muy contento.

A tono con el Mundial


Hola, acá Kilito nuevamente. Para estar bien en la onda del Mundial y de paso para paliar un poco el frío del invierno, me vestí para la ocasión como podrán observar en la foto, con mi nuevo polar celeste y blanco con los colores de nuestra bandera. Espero que les guste.
Saludos para todos  y que ¡Argentina siga ganando y jugando muy bien!

Motivación

Bueno, ahora que ya saben como puedo escribir, les cuento alguno de mis motivos. Cómo soy un gato muy juguetón, vivaracho y curioso, suelo estar siempre metiendo mis narices en todos lados, lo cual me lleva a protagonizar muchas aventuras. Según papá y mamá soy un poco loco, y creo que tienen razón, porque soy bastante inquieto y no me aguanto estar tirado todo el día, por lo cual siempre ando buscando alguna actividad para hacer, que la mayoría de las veces terminan en travesuras (aunque me mando mis buenas siestitas, como todo buen gato, por supuesto). Así que a partir de ahora, en mis ratos libres, a la tardecita, después de comer, dormir y juguetear un poco por ahí, me voy a dedicar un rato a escribir.

¿Siguen dudando? Parece que son difíciles de convencer. La verdad, voy a confesar que lo del teclado me costó un poco al principio porque mis patitas tocaban varias letras al mismo tiempo, y por ejemplo cuando quería escribir la K, de Kilimanjaro, terminaba escribiendo UIJK. Pero con paciencia y gracias a mis uñas protráctiles (si, si se dice asi, no son retráctiles, porque para sacarlas necesito mover músculos, pero las guardo automáticamente. Y no me van a discutir a mí, que soy un gato) de a poquito y practicando mucho logre dominar el arte de la escritura. Con lo del ratón, fue mucho más fácil. Al fin y al cabo, quién sino un gato para dominar a un ratón, ¿no les parece?

Como muestra, para terminar de convencerlos, y para que vena que no soy el único gatuno que incursionó en este mundo de la informática, miren a estos otros gatitos...



Así que basta de sospechas, y traten de entender, que como hay otros animales que se destacan en otras áreas (¿o nunca fueron a un zoológico o a un acuario y se quedaron maravillados y asombrados por las destrezas de los bichos?) bueno, yo soy un gato escritor.

Mi blog

¿Un gato escribiendo su propio blog? Seguro que se preguntaron eso, porque les pareció medio raro. Así que primero les voy  a contar como es posible. Antes que nada, tienen que saber que los gatos somos muy inteligentes y que entendemos todo. Ejemplos hay un montón y de hecho, muchos se hicieron muy famosos, como Garfield, Toulouse, Félix, Tom, Silvestre, uno que usaba botas, Fritz, Bola de Nieve, un Don con una pandilla genial (ahí estaban Panza, Espanta, Cucho, Benito Bodoque, Demóstenes y la bella Mimosa), unos gatos aristocráticos con unos amigos jazzeros, Scratchy, Pelusa, Suertudo, Gaturro, Risón o Chesire y Diana. Y si nos metemos en otro mundo que se llama anime aparecen  el famoso Kitty, Yoriuchi, Shampoo, Meow y Doraemon, Buyo, Karupin, Kuro, Chi, Koneko-Chan entre muchos otros. ¿O acaso no sabían que esos gatos de las pelis y los dibujitos están inspirados en gatos reales, de pelos, bigotes y huesos?

Bueno, para no irme por las ramas (cosa que ocurre fácilmente) les sigo explicando esto del blog. La cosa es muy simple. Como papá tiene su blog, para mi fue muy fácil espiar que estaba haciendo y mirar esos botoncitos que apretaba. Leer, leer ya leo hace mucho tiempo. Y cuando papá se va al trabajo, yo me quedo un buen rato solo así que me animé y me abrí mi propio blog. ¿Vieron que fácil?

Presentación


Hola a todos. Mi nombre es Kilimanjaro. Anteriormente me llamaba Kim, pero mis padres adoptivos (Flor y Die) me bautizaron así, y la verdad es un nombre que me gusta mucho porque resulta que es una montaña africana muy linda según dicen. Sin embargo, la mayoría de las veces me dicen Kili y otras Kilito, Kiki y hasta Cocoliche. Este último la verdad no lo entiendo, porque no suena igual a los otros, pero bueno, vaya a saber porque me dicen así. Yo los escucho, los miro y me hago un poco el tonto, pero ojo que entiendo todo.

Ah, me olvidaba de decirles que soy un gato. Si, si, un gato leyeron bien y a partir de ahora voy a empezar a escribir por acá mis travesuras y mis aventuras, porque de tanto ver a papá y a mamá con la computadora, me dieron ganas a mi también de contar mis cositas.

Espero que les guste, y se diviertan tanto como yo me divierto escribiendo. Ah, y por favor no se les ocurra avisarles a mis padres. Que sea un secreto, entre nosotros ;-)