Anita



 

Anita es una gata muy particular, una negrita de "belleza exótica" según comentan la abuela Isabel y mamá. Al parecer está hace unos 4 años viviendo con ellas, y anteriormente junto a  Piru, también convivían sin problemas porque se llevaban muy bien. Flor la rescató de un pelotero donde trabaja y la habían comprado por sus dotes de atrapa ratones. Es algo refinada, sobre todo con el tema de la comida, ya que no es glotona como yo y solo come su alimento balanceado, aunque alguna vez, cuando nos abren una lata de atún, también se prende. Es bastante ágil y le gusta andar por las alturas, particularmente arriba de la heladera, del extractor de aire y de las alacenas en la cocina. También le gusta salir al balcón y subirse a unas macetas y quedarse mirando a los autos. 

Otra de sus costumbres geniales, que de a poco trato de incorporar, aunque no me acostumbro, es la de "achichonarse", haciéndose un ovillo abajo de cualquier frazada, manta o incluso en las fundas de los sillones. A mi todavía no me termina de gusta tanto eso, porque me da un poco de miedo, pero de vez en cuando lo experimento, y cuando hace mucho frío, la verdad que es genial. Además, no soy tan dormilón como la Anita, que se pasa muchas horas del día descansando y cuando voy de visita de la abuela, yo quiero jugar con ella y divertirme, pero a veces no tiene ganas y se enoja cuando la persigo.

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