Estudiando


Cuando papá y mamá están estudiando me gusta mucho hacerles compañía, y de paso aprovecho para juguetear un poco con esos tubitos de colores brillantes (creo que se llaman resolteadores o algo así) que me encantan y me vuelven loco.

A veces se enojan un poco porque los termino tirando de la mesa para arrastrarlos por toda la casa y después aparecen en lugares insólitos, pero bueno, ya me conocen, no puedo contenerme ante algunas tentaciones...

El nombre de los gatos

Hoy quiero compartir con ustedes un poema muy lindo que se refiere a una cuestión tan importante como nuestro nombre. Lo escribió un tal T.S. Eliot, que según estuve investigando fue un escritor, dramaturgo y crítico anglo-americano, uno  de los mayores exponentes de la poesía del siglo XX. 

Se ve que a este Eliot le gustaban mucho los gatos, y que sabía bastante de nosotros, ya que en 1939 publicó una obra titulada "El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum", lleno de poemas de una rítmica maravillosa y muy bien lograda drigido al público infantil, donde los gatos se manifiestan como reflejos de las tipologías y conductas humanas. Sobre este libro se basa el archifamoso musical "Cats".  Acá les dejo el poema de apertura.


El nombre de los gatos


El nombre de los gatos es un asunto delicado,
no es un simple pasatiempo;
ustedes pensarán que estoy loco de remate
cuando afirmo: un gato debe tener TRES NOMBRES DISTINTOS.
Primero, está el nombre que la familia emplea cada día,
como Pedro, Augusto, Alonso o Jaime
como Víctor o Jonás, Jorge o Bill Bailey,
todos razonables nombres cotidianos.
Si suponéis que suenan mejor, existen nombres más fantasiosos,
algunos para los caballeros, otros para las damas,
como Platón, Admeto, Electra, Deméter,
sensatos nombres cotidianos también estos.
Pero yo sostengo que un gato debe tener un nombre exclusivamente de él,
un nombre especial y más digno,
de otro modo, ¿cómo podría mantener erguida su cola,
o alardear de sus bigotes, o alimentar su orgullo?
Nombres de esa clase yo puedo sugerirles muchos
Mankustrap, Quaxo, o Coricopat,
Bombalurina, o bien Jellylorum,
nombres que nunca pertenecen a más de un gato.
Pero además de esos nombres todavía queda otro,
el nombre que jamás lograremos adivinar,
el nombre que ninguna búsqueda humana puede descubrir
pero que EL GATO CONOCE, aunque nunca habrá de confesarlo.
Cuando sorprendan a un gato en intensa meditación,
la causa, les advierto, es siempre la misma:
su mente está entregada a la contemplación
del pensamiento, del pensamiento, del pensamiento de su nombre,
su inefable, efable, efinefable, profundo e inescrutable Nombre único.



T.S. Eliot, “The Naming of Cats” (traducción de R. Ortiz, en: El libro de los gatos habilidosos del Viejo Possum, Valencia: Pre-Textos, 2001; original 1939).

Teo


Hoy tengo un invitado, ya que  voy a compartir las fotos de un colega  llamado Teo que tiene un aire que me recuerda a alguien...¿no sé si a ustedes también?

Se lo ve muy pintón y elegante (hablando objetivamente se puede notar que el blanco y el atigrado nos, perdón, los favorece a los felinos y nos da un aspecto muy vistoso y particular...en fin, somos, perdón, son gatos muy bonitos, pintorescos e irresistibles)

Según nos cuenta Teo, está muy feliz con sus papás, Flor (otra más, y ya van...cuántas mamás Flores...) y Pablo. Es muy juguetón y mimoso (se lo puede ver en las fotos) y también le gusta dormir en lugares a veces un poco inoportunos, pero siempre bien calentitos como a mi (esto es algo que compartimos todos los gatunos, porque tenemos la temperatura más alta y la verdad, ¿a quién le gusta sentir frío, no? muchos menos en estos días de invierno tan helados).


Con Teo compartimos algunos gustos, como juguetear con varias cosas, el papel celofán de los sobres y algunos placeres, como por supuesto ¡el exquisito atún! que es un manjar delicioso.

Además, como podrán ver, Teo también es bastante travieso y a veces, como a mi, lo pescan in fraganti haciendo de las suyas, como en esa hamaca improvisada que se armo con unas sábanas que estaban colgadas del tender de la ropa...


Bueno, espero que les haya gustado la visita de nuestro amigo.

Teo te mando muchos ronroneos y muchas gracias por las fotos y escribirme...

Leyes gatunas

Ahora que me entusiasme con esto del blog, también aprovecho para ver como nos tratan en Internet, y de paso para aprender algunas cosas nuevas. Así, me encontré con estas leyes gatunas, de las cuales les comento que se cumplen la mayoría, y son bien ciertas (ya voy a publicar las mías personalizadas)...

Ley de la inercia gatuna: Un gato en reposo seguirá en reposo hasta que sea movido por alguna fuerza exterior, algo así como el ruido de la apertura de una lata de comida para gatos.

Ley del movimiento gatuno: Un gato siempre se moverá el línea recta a no ser que tenga una muy buena razón para cambiar de dirección, como por ejemplo la apertura de una lata de comida para gatos.

Ley del magnetismo gatuno: Los abrigos, las casacas (americanas, chaquetas) y los jerseys atraen el pelo de gato en proporción directa a la oscuridad de la pieza.

Ley de la termodinámica gatuna: El calor se transfiere de un cuerpo caliente a uno frío excepto en el caso del gato, en el que cualquier tipo de calor se transfiere al gato.

Ley de estiramiento gatuno: Un gato siempre se estirara en una longitud directamente proporcional a la duración de la siesta hecha.

Ley del dormimiento gatuno: Todo gato intentará dormir con humanos siempre que sea posible, y en una posición que sea lo más incomoda posible para estos.

Ley de la elongación gatuna: Un gato puede alargar su cuerpo lo suficiente para alcanzar cualquier sitio que contenga alguna cosa mínimamente interesante para él.

Ley de la aceleración gatuna: Un gato acelerará su velocidad constantemente hasta que le parezca bien y se pare.

Ley de servicio de mesa: El gato será servido de todas las cosas buenas que hay en la mesa a la hora de cualquier comida.

Ley de la configuración de las alfombritas: Ninguna alfombrita permanecerá en su estado plano natural demasiado tiempo.

Ley de la resistencia gatuna a la obediencia: La resistencia de un gato varia en proporción directa al deseo humano de que haga algo concreto.

Primera ley de la conservación de la energía: Dado que los gatos saben que la energía ni se crea ni se destruye, usan la menor cantidad de energía posible.

Segunda ley de la conservación de la energía: Los gatos saben asimismo que la energía solo puede almacenarse haciendo muchas siestas.

Ley de la observación del refrigerador: Si un gato observa detenidamente un refrigerador durante tiempo suficiente, conseguirá que alguien venga y le de algo bueno de comer.

Ley de atracción de la manta eléctrica: Enchufando la manta eléctrica se conseguirá que el gato suba a la cama a la velocidad de la luz.

Ley de la búsqueda aleatoria de confort: Un gato siempre buscará, y normalmente encontrará, el lugar más confortable de una habitación dada.

Ley de la ocupación de la bolsa/caja: Toda caja o bolsa dejada en una habitación, será ocupada por un gato en el primer momento posible.

Ley del desconcierto gatuno: La irritación de un gato crece en proporción directa al desconcierto que le proporciona la risa humana.

Ley de consumo lácteo: Aunque este harto, un gato siempre podrá beber su peso en leche solo para demostrarte que puede hacerlo.

Ley de las fundas: El deseo de un gato de arañar cualquier sofá es directamente proporcional a valor de este.

Leyendo unas Oblogo


Como buen escritor, también me gusta leer, así que acá estoy en mi postura de lector, con unas revistas Oblogo que le gustan mucho a papá y a mamá. Así que siempre que se tiran a leer en la cama, yo aprovecho y también me distraigo un rato.

Ordenando la correspondencia

Un día tiraron un papel debajo de la puerta. Era un papel muy lindo, y obviamente no pude evitar dedicarme a jugar un buen rato con el, con la mala suerte que de tanto empujarlo, se me quedo escondido debajo del mueble del living, bien atrás, y como es muy bajito en esa parte y yo ya estoy medio grandote no pude sacarlo. Yo, la verdad me olvide del tema y no me preocupe mucho, pero resulta que el papelito era importante.

Unos cuantos días después, limpiando el departamento mis papis lo encontraron y resulta que era una notificación, de un lugar llamado OCA o algo así por un tema de un modem de Internet (yo antes ni sabía que era esto de Internet, pero ahora ya estoy re canchero con el tema, y el modem que es guaifai me encanta porque tiene muchas lucecitas pero no me dejan jugar con el). Como no llegaron a verlo a tiempo para ir a buscarlo a otro lugar, al parecer tuvieron que esperar más tiempo del que deberían, y todo por que yo escondí (sin querer por supuesto) ese papelito dichoso. Ahora, no se porqué, pero papá y mamá se fijan bastante seguido debajo del mueble. Si me hubieran avisado antes...